10.9.09

Contra la explotación, contra la prostitución


Os dejo un artículo que escribía ayer en Público Lidia Falcón, Presidenta del Partido Feminista de España y abogada, relativo a la prostitución y titulado "Abolir la esclavitud". Comparto totalmente esta visión, y me gustaría que, de una vez por todas, se abordase en España este debate.

La prostitución es la más grave agresión que puede sufrir una persona, porque se trata de involucrar todo el ser, pervirtiendo su sexualidad, que es la pulsión más profunda y placentera del ser humano. Como ha declarado ya la ONU, de ningún modo puede considerarse un trabajo, porque carece de la dignidad y las condiciones que se requieren para ser considerada como tal, según denuncian las asociaciones internacionales contra la explotación sexual de las mujeres.

Es imprescindible que en España, en el siglo XXI, se proceda a abolir definitivamente esta esclavitud; hace 72 años ya lo hizo la primera ministra de Sanidad Federica Montseny. La prostitución persiste para beneficio de las mafias, constituye el negocio internacional más importante del mundo después del tráfico de drogas. Argüir hipócritamente que las mujeres pueden ser libres de contratar sus servicios sexuales es encubrir la realidad social en la que los proxenetas controlan absolutamente los lugares del tráfico sexual. Pretender prohibir la prostitución callejera a cambio de internar a las mujeres en edificios cerrados será el gran triunfo de la mafia, porque significa entregarlas a los chulos y a merced de los caprichos y crueldades de los clientes. Detrás de las puertas cerradas de los prostíbulos nadie sabrá qué les está sucediendo.

Hay que plantearse que no solamente son los argumentos exclusivamente economicistas los que han de prevalecer para abolir la prostitución, porque es preciso hablar de una vez de dignidad humana y de respeto a las mujeres. La prostitución es la expresión más aguda del sistema patriarcal, ya que consiste en la utilización del cuerpo de las mujeres para la satisfacción sexual de los hombres, entendiendo, por supuesto, que a esos servicios están destinadas unas clases de mujeres que no son las familiares de los ciudadanos decentes. En ninguna sociedad se supone que una expectativa laboral aceptada sea la de prostituir a las hijas. Legalizar la prostitución será aumentar la violencia contra las mujeres y retroceder en la consecución de una sociedad donde impere la igualdad.

2 comentarios:

Millán Fernández dijo...

Eu comprendo a túa opinión, e seguramente hai argumentos válidos para soster unha e outra tese. ë un tema moi delicado.

Penso que intercambiaramos algunha impresión no Congreso de Fene sobre o asunto. Calquera decisión que se tome neste eido (si é que un día se abre o debate en serio)probablemente sempre será mellor que a situación actual de alegalidade, e que é a que permite que se den situacións aberrantes e intolerables.

Habrá quen sosteña o que ti defendes con tanta dignidade e vehemencia, o que defenden asociacións feministas, etc...Pero tamén hai que pensar que existen asociacións de prostitutas que reclaman vivir cunha certa dignidade podendo exercer o traballo que fan.

Cando se fala de esta cuestión ás veces pecamos de simplificacións (todos) e reduccionismos. Hai prostitución feminina e masculina. Hai prostitución de "alto standing". Sempre houbo, e habrá, persoas que a cambio de diñeiro esten dispostas a ofrecer sexo, e sempre houbo, e habrá, clientes dispostos a atopar sexo fácil.

Tamén hay moita hipocresía e dobre moral, como non pode ser doutro xeito cando se fala dun tema que aínda segue sendo tabú...

É certo que, nunha porcentaxe altísima, as mulleres son exclavizadas e utilizadas por mafias que non teñen ningún respeto pola condición humana. Ó mellor a situación actual permite eso, e sacarlle das mans ás mafias ese privilexio puidera ser un avance.

Partes de que non existe ningunha persoa que exerza esta actividade por propia vontade e penso que non é totalmente certo e riguroso.

Pero entendo e admiro a defensa tan convencida que fas, sen dúbida. O que non teño tan claro é que a prohibición total (o que levaría a tipificar como delito tanto o exercer coma o "consumir") tivera efecto algún sobre a problemática. Penso que aínda sería máis oscuro todo...Sempre que se normalicen situacións que son normais na sociedade (con tódalas garantías, medidas de apoio e educación, etc...)penso que estaremos avanzando. Pero ó mellor me equivoco.

O dito, é un tema complexo, moito.

Un bico Loli!!!!

;)

Silmarwen dijo...

Totalmente dacordo contigo, Loli.