Ley de igualdad

"He trabajado para que en este país los hombres encuentren a las mujeres en todas partes y no sólo donde ellos vayan a buscarlas". Esta frase, que Clara Campoamor pronunció, hace 75 años cuando consiguió el voto para la mujer, la pronunciaba también ayer el Presidente del Gobierno, minutos después de aprobarse, en el Congreso de los Diputados, la Ley de Igualdad.

No tengo ninguna duda de que esta es una de las leyes más importantes de la democracia española. Aquella que le garantiza voz y protagonismo a la mitad de la población española.

Creo en el sistema de cuotas, creo que fue positivo cuando se implantó como norma interna dentro del Partido Socialista, pues un mayor número de mujeres accedieron a responsabilidades orgánicas y políticas. No obvio, desde luego, que aún queda mucho por hacer, también dentro del Partido Socialista, aunque seguramente menos que en otros partidos.

Me parece tremendamente importante y positivo que la Ley de Igualdad garantice la presencia de entre el 40% y el 60% de hombres y de mujeres en las listas electorales. La garantía es para ambos, no lo olvidemos. No aguanto la excusa que ponen algunos y algunas de que eso impide contar con los más preparados. Cuando una mujer va de dos en una lista ( y digo de dos porque casi nunca es de una) estos algunos/as siempre se cuestionan si va por su valía o va por una cuestión de cuota. Y digo yo, por qué nunca se cuestionan al número uno?

En las listas electorales, como en las empresas, como en la vida, hay hombres y mujeres con más o menos valía. En el momento en que ser mujer no sea un impedimento para ocupar un determinado puesto las cuotas habrán dejado de tener sentido. Desgraciadamente, es un futuro muy lejano. Mientras tanto, bienvenidas sean leyes como estas y bienvenidos/as gobernantes como José Luis Rodríguez Zapatero, un auténtico feminista.

Hoy, más que nunca, me siento orgullosa de pertencer al Partido Socialista, el partido que está consiguiendo que las mujeres seamos, como merecemos, ciudadanas de primera.