O burato de Serrabal
Déixovos un artigo que onte a Voz de Galicia publicaba en Tribuna. É de Juan Ramón Vidal Romaní, catedrático de xeoloxía da Universidade da Coruña. Teño coincidido con él en varios consellos de goberno, e aínda que as nosas opinións eran moitas veces discrepantes, no caso que nos ocupa non podo deixar de darlle a razón e a noraboa por este artigo.
Los días próximos al fin de año abundan en balances de todo tipo: de producción, de récords, de comparación entre lo que se produce en Galicia y el resto del mundo. En un alarde de provincianismo controlado nos enteramos de que la empresa que ha paralizado la entrada del AVE en Galicia, pues su trazado atravesaba tangencialmente la concesión minera que está explotando, ha llegado a un arreglo con la Administración autonómica para ampliar la concesión en tiempo y en superficie. Para lavar su imagen de antigallega, la empresa anuncia que va a producir el 21% del silicio del mundo (es uno de los elementos mas abundantes en la superficie terrestre). Pero, ¡oh casualidad!, el de Serrabal es un yacimiento de excepcional calidad. Los gallegos, los fiscales y los naturales, nos encontramos con el maravilloso récord de ser los que más contribuiremos, pasivamente, a la producción de eso que llaman silicio solar (será porque sirve para hacer paneles fotovoltaicos). Todo eso saldrá de la mina de Serrabal, una vieja cicatriz en la geología gallega que marca la unión de Gondwana con Laurasia hace trescientos treinta millones de años. La ampliación de la concesión de Serrabal garantiza sesenta y cinco años de producción, al menos, para la empresa explotadora del recurso.
Se plantean varias dudas. La primera de ellas es si la pureza del cuarzo del Pico Sacro (el que se extrae en Serrabal) vale para producir silicio para placas solares. Los análisis del cuarzo del Pico Sacro indican que esto no es así. La segunda duda es si su transformación, en el caso favorable, se haría en Galicia. Nada ha aclarado al respecto la empresa Ferroatlántica, que no se dedica a estas cosas. Aun en el caso favorable de que dentro de sesenta y cinco años todos los tejados gallegos estuvieran cubiertos por paneles solares hechos en Galicia con el silicio de Serrabal (lo que ayudaría a mitigar nuestra dependencia energética), lo único que garantiza a los gallegos la continuidad de la mina de Serrabal es un nuevo agujero. ¿Qué es lo que ha revertido en Galicia, agujeros aparte, de las explotaciones de lignitos de Meirama y As Pontes? Toda la energía de As Pontes sirvió para movilizar la fábrica de alúmina-aluminio de San Cibrao. Quien obtuvo más provecho de esa energía eléctrica no fueron los gallegos (a lo sumo ver cómo se fabrican molinos eólicos que sirven para ordeñar el viento de kilovatios mientras la energía que producen camina hacia no se sabe dónde, siguiendo el camino de la producida en los embalses). Y al final solo nos queda ver, pese al cambio climático, cómo se rellenan los agujeros con agua. Dentro de sesenta y cinco años, los que vivan entonces volverán a plantearse si en el agujero de Serrabal se hace otro nuevo lago artificial, aprovechando que el Ulla pasa por allí.
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